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14 Xaneiro, 2013

Desde la Belleza Interior

Sima Gesm, El Gigante del Sur. 

 Ding don, ding don,…….. me sobresaltó un sonido, otra vez el dichoso WatsApp, debe ser otro mensaje de alguien que no tiene nada que hacer.

 Cuando acabé de realizar las últimas tareas que me quedaban me dispuse a coger el coche de regreso a casa, me acordé que tenía mensajes sin leer; Mensaje de Sonia (Ibiza): “He estado hablando con Fran y nos invitan a Málaga a Sima Gesm ¿Te apuntas?………. En mi cabeza se me acumularon de repente multitud de imágenes, relatos leídos en internet y anécdotas de compañeros que allí estuvieron. ¿Cómo decir a tal proposición que no?…. ¿Para cuándo sería?-respondí. Pues para diciembre el fin de semana antes de Navidad.-Contesto ella. Vale, me apunto, pero…¿Quiénes iríamos, lo sabes ya ahora?-le dije con inquietud. En un principio las personas que conocemos del grupo que tenemos y tú hermano.-Afirmó ella.

 Bueno, pues queda un mes, vamos mirando transporte y todas las cosillas y vamos comentando, un saludo-respondí yo. Me quedé un rato sentado, pensativo, antes de encender el coche y en mi mente no dejaba de visualizar los pozos, galerías, gateras, relatos de compañeros que han publicado fotografías espectaculares pero……………………..estaremos preparados para tal desarrollo y de tal magnitud?.

Las dudas empezaban a surgir. En días posteriores, empiezo a documentarme todo lo posible y me voy haciendo la idea de lo que tenemos que llevar, por donde ir, Kms, comidas, descansos, etc. El grupo se fue formando en pocas semanas, quedando 5 personas, un buen número. Cada uno de una parte de España; Ibiza, Madrid, Gandía, Galicia. Una vez allí nos reuniríamos con otros de Ronda, Sevilla y Málaga y nos repartiríamos entre ellos, al fin y al cabo, somos invitados a ir con ellos y no quisiéramos ir todos juntos, por eso el de hacer grupos. Falta menos de una semana, ultimamos los preparativos; de Galicia salimos mi hermano Ramón y yo, uno se encarga de la intendencia, manutención, por otra parte yo tenía el cometido de preparar material y los trámites de viaje, alojamiento, etc. Recogeríamos a Sonia en Madrid en el aeropuerto y nos reuniríamos con Jesús a las afueras de Madrid, para viajar hasta Ronda, donde nos veríamos con Jose que viajaba desde Gandía.

El día anterior a la partida son todo preguntas, que si cogiste esto, que si deja esto que pesa mucho, andamos justo de espacio…….todas formuladas entre nosotros, más por precaución, de no olvidarnos nada……….llegados a este punto, sabíamos la índole del proyecto.
No hay vuelta a atrás, salimos el 20 de diciembre, por delante más de 1000 km por recorrer, pusimos rumbo como primer destino Madrid a las 5 am, con lo ojos medios cerrados de las pocas horas de sueño nos alejamos poco a poco de nuestra tierra Gallega, para llegar a las Castellanas, fue en ellas cuando el amanecer del día nos recibió con sus primeros rayos de sol, atrás dejábamos la lluvia.

De repente, llamada de teléfono…………era Jesús desde Madrid, preguntándonos como íbamos, que él no iba a poder venir, que lo sentía un montón, la niña se le puso enferma con fiebre alta y estaban en el hospital………..Jesús, no pasa nada, la sima seguirá allí para otra ocasión-le respondí-. La noticia nos dejó un poco preocupados por saber el cómo organizaríamos todo el material con una persona menos. El viaje transcurría con normalidad, el vehículo devoraba los kilómetros hacia el destino, allí nos esperaba parte del grupo. Llegamos al aeropuerto, colocamos los materiales para ir mas cómodos, nos saludamos……¿qué tal el viaje?¿has madrugado ehh?. Habíamos quedado a las 10:30 am y eran las 11 am, íbamos en el horario previsto. Por delante todavía quedaban otras 5 horas de camino por recorrer. Anécdotas, viajes, cursos realizados, comentarios que mientras las miradas se fijaban en los paisajes planos de castilla ayudaban el paso del tiempo dentro de coche. Los cambios de rasante en la carretera junto con los rayos de sol sobre la misma, ponían de manifiesto cierto peligro ante nosotros, poco a poco entramos en la comunidad andaluza.

Sobre las 14 horas ya era razonable realizar una parada en el camino para comer. En un área de servicio nos serviría, una vez en ella mientras comíamos íbamos planificando toda la situación ante la inesperada ausencia de Jesús. Proseguimos el viaje una vez llenos los estómagos con los suculentos manjares de la zona. Andalucía nos recibía con su sol y sus paisajes de olivos y colinas verdes y tierras ocres. Un par de horas más tarde empezamos a visualizar en el horizonte la serranía y montañas de Málaga.

 Una última parada para llamar a nuestro compañero Jose que salía de Gandía, solo le quedaban 2 horas para llegar a destino, por el contrario a nosotros solamente una hora, tiempo suficiente para acomodarnos en el hostal e ir preparando nuestros equipos personales. El hostal a nuestra llegada nos sorprendió su ubicación, en pleno centro histórico, a lado de monumentos importantes como la Plaza de Toros o el reconocido Puente Nuevo sobre el rio Tajo (de ronda),en el hostal, trato amable, habitaciones amplias y suficientes para pasar la noche………………la noche previa antes del “Fin del Mundo”.

 Aprovechando la espera por nuestro amigo Jose, llamamos a Fran, que iba a venir con nosotros, he dicho “iba” porque cuando acabamos la conversación nos quedamos con cara de incrédulos……….-esto no nos puede estar pasando, otra vez no-, no podía venir, había tenido una luxación en la rodilla y por la foto que nos envió, la tenía como un Pan de Cea, otro fiasco más……………………¿Qué podría pasar más……….?
Al anochecer nos reunimos con Manuel Guerrero en su casa, muy acogedora por cierto, nos trató como de la familia, al fin y al cabo entre Fran y él se llevaban bien, era de suponer que le hablase bien de nosotros. “No puedo ir con vosotros, estoy ocupado, pero os doy todo lo que necesitéis”-dijo Manuel. La situación no se parecía ni por asombro a la que teníamos en mente cada uno desde el principio. Nos dieron los permisos para el coche, puesto que parque natural, concretamente Parque Natural Sierra de Las Nieves, igualmente instrucciones de cómo actuar dentro del mismo, donde dejar e l vehículo, etc.

 De orientación llevábamos los puntos aproximados dentro del GPS y el mapa topográfico de la zona. Igualmente nos encomendaron diferentes tareas a realizar: recogida de basura que pudiésemos encontrar, retirada de cable telefónico, tareas de re-equipar zona de cuerdas gastadas por el tránsito de numerosas personas en las campañas de verano, etc., subida de una botella de submarinismo que supuestamente estaba en la cota -300 ó -400, recuento del material en el vivac, en fin una lista que juntamos con el material que llevábamos cada uno de nosotros (comida, agua, gas, material fotográfico, baterías).

 Con todo en nuestras cabezas nos retiramos a descansar, no antes sin pasar por el restaurante del hostal, en el que nos ofrecieron los manjares típicos del lugar. Durante la sobremesa, las dudas asomaron de nuevo en nuestras cabezas, nerviosismo, por si seríamos capaces entre 4 personas en realizar todo lo encomendado y el qué y el cómo nos encontraríamos todo a nuestra llegada. La noche se hizo corta, por lo menos para mí, los pensamientos se entrelazaban con imágenes absurdas…….pozos sin fin, cascadas de colores, rapeles interminables escaladas imposibles……..y Rinnnnggggg, suena el despertador, eran las 8 am.

 Con pocas ganas, las bajan las escaleras hacia el restaurante, allí, un buen desayuno nos espera; tostadas gigantes, aceite, tomate, sal, mermelada cereales, café, leche, zumo…..todo lo que las tierras andaluzas saca a la luz. Con los estómagos llenos y los materiales colocados del día anterior ponemos rumbo hacia el Parque natural, 29 kilómetros nos separan del destino, por el camino podemos observar multitud de animales salvajes, paredes verticales, cordilleras escarpadas, parajes naturales de difícil descripción en estas líneas.
 Una vez en el parque continuamos la ascensión hasta el Puerto de Pilones donde finalizan todos los caminos marcados para vehículos, no antes sin abrir unas cuantas barreras para el acceso. Eran las 11 horas de la mañana del 21 de diciembre, vísperas del “Fin del Mundo”, según la profecía de los mayas. Mientras nos cambiamos, las bromas se sucedían………y si se acaba el mundo y cuando salimos solo estamos nosotros?-comenta Sonia-, pues que menuda suerte vas a tener hija, una mujer para tres hombres, que bien te íbamos a cuidar(risas)-respondí yo. Con todo preparado en 5 petates, nos disponemos a caminar durante aproximadamente 30 ó 40 minutos, según nos comentaron, el GPS marcaba los puntos de paso, pero los márgenes de error en un Karts pueden jugar malas pasadas, por propias experiencias.

 Faltaban 200 metros según el GPS con un margen de error de +- 18 metros, decidí parar hasta que el error bajase y así igualmente descansábamos. Cuando el error había bajado a +-4 metros retomamos rumbo hacia lo que ante nosotros visualizamos, una dolina con bloques de piedras sueltas, se adelanto Moncho y gritó “Aquí!!”, allí estaba, una grieta con unas cuerdas fijas y una cinta descolorida en la que se podía leer: “Guardia civil, no Pasar”, era ella, sin lugar a dudas, SIMA GESM.

Nos colocamos las prendas y los materiales de progresión y decidimos el orden de bajada, quedando el siguiente: primeramente bajaría Jose, luego Sonia, Moncho y por último yo. Empezamos el descenso sobre las 13 horas, no antes sin sacarnos la foto de rigor. Baja Jose y grita…Libre!!, la siguiente Sonia………Libre!!, siguiente Moncho…..Libre!!, las sensaciones y la adrenalina aumentan, es mi turno, el primer pozo es pequeño, 8 metros, pero estamos dentro.

Todavía no hace falta luz puesto que con la del exterior podemos mantenernos antes de penetrar en la primera dificultad; La gatera Puta, si, así la llaman ya os podéis imaginar por qué, os lo comentaré en breves palabras, se tiene que ir de lado con la cabeza hacia abajo y los brazos al estilo superman, lo único que puedes mover es el reptando, pero lo realmente difícil es el paso de las sacas con material, puesto que se enganchan en cualquier saliente.

 Seguidamente existen una serie de salas pequeñas consecutivas y pozos entre 10 y 14 metros de desnivel que fuimos superando sin dificultad. Bajo nuestros pies y por las paredes empezamos a ver un hilo de agua, a pesar de que en el exterior era todo desértico y el sol calentaba habiendo una temperatura de unos 22 Cº, por el contrario, la temperatura media de la cueva es de 10Cº con una humedad rozando la saturación, eso lo veíamos cada vez que nos parábamos a la hora de mirar la topografía en nuestra transpiración.

 ¿En donde estamos ya? ¿Falta mucho?……….los ánimos del grupo eran buenos. Pasados unos instantes escuchamos a Jose que nos dice llegamos al Gran Pozo. Por debajo nuestro -115 metros a superar, no es el de más desnivel, más adelante existe el pozo Paco de la Torre de unos -165 mts. Ahora es donde cambiamos los turnos de bajada, Sonia por ser la mujer del grupo le damos el privilegio de bajar de primero y cerrando el grupo sigo yo. El ser primero y último tiene responsabilidad de revisar instalaciones y dar las órdenes a los demás si esta todo Ok, el último debe dejar todo preparado para la subida y revisar igualmente la instalación. El pozo de -115 es interminable…………rapeles con péndulos, seguidos de pasamanos en aéreo, otro rapel más, etc…….. Por un instante, me quedo bloqueado con los aparatos e aéreo e intento ver como bajan por la pared mis compañeros. A lo lejos veo una pequeña luz que intuyo que es Sonia y le grito…………..¿Qué tal vas……?, no obtengo respuesta, el volumen de la sala es tal que la voz se pierde en el aire, así que continuo con la bajada, voy escuchando como el agua cae cada vez con más intensidad a la vez que nos aproximamos a la base del pozo.

Ya sólo faltaba el último tramo cuando me doy cuenta de lo empapado que tengo ya la ropa, el barro y el agua de las paredes se habían mezclado conmigo, los aparatos de descenso y la cuerda igualmente, cada bajada que realizásemos así, acabaría con ellos, puliéndolos cada vez más. Abajo, nos reunimos en una zona libre de agua ya que esta hace que uno pierda calor corporal y comimos algo para reponer fuerzas ya que eran las 14:30 horas.

Proseguimos una vez recogido todo, por delante todavía quedaban aproximadamente 4 ó 5 horas, el grado de humedad existente impedía darse cuenta de la deshidratación del cuerpo así que cada poco tiempo era igualmente obligatorio el beber agua, en esas profundidades no era necesario el potabilizar el agua. El continuo chorreo de agua del principio fue convirtiéndose en cascadas de agua que se deben evitar con diferentes rapeles guiados o pasamanos laterales bordeando las lagunas que se formaban en las bases de las cascadas.
 Eran las 17 horas, habíamos dejado más de la mitad del camino y nos dirigíamos al supuesto vivac que nos encontraríamos no sin antes cambiar el sistema de cuerdas en un espectacular pozo en forma de embudo con una triangulación en su cabecera, así que con la cuerda que traíamos previamente cortada nos dispusimos a cambiar por la que existía (que estaba muy gastada en su camisa, no así el alma que estaba nueva). Pronto escuchamos al primero del grupo…….Vivac!!, ya está, lo hemos conseguido, con la ilusión llegar pronto sabíamos que se podían cometer errores, así que, repasábamos cada una de las maniobras. La cuerda en esta parte está tan rígida de la rapidez con la que se baja.

Por fin estamos en el Vivac, lo primero es sacarnos la ropa mojada, el mono colgarlo en las cuerdas dispuestas para ello. Ante nosotros una tienda de campaña y al lado de esta un receptáculo echo con mantas de supervivencia de unos 8 mts cuadrados. Seguidamente preparamos comida y sacamos un poco la humedad de la tienda de campaña donde íbamos a dormir. Cenamos, comentamos las anécdotas de la bajada hasta allí y planificamos el día siguiente. Nos fuimos a dormir a las 22 horas dentro de unas horas llegaría el “Fin del Mundo”.

 Despertamos a las 6:30 am, todavía no habíamos desaparecido, o por lo menos allí dentro. El sueño no había sido tan conciliador como en casa, pero entre ronquido y ronquidos se fue soportando. El desayuno, abundante, las fuerzas debían estar a punto en el momento que las demandase el cuerpo. Dispusimos las sacas personales y las llenamos con todo el cable telefónico posible, sobre unos 3 ó 4 kg por persona que unido al material personal incrementaba el peso a arrastrar a esto le debemos sumar el petate de la botella de oxígeno que pesaba unos 8 kg. Empezamos la ascensión a la hora acordada entre todos, estimamos que tardaríamos unas 6 horas hasta salir a la superficie.

El primero en subir puesto que tenía todo el equipo puesto fue Jose, los demás dejamos tiempo suficiente hasta que llegase al primer fraccionamiento y diera la orden de libre. Desde abajo veíamos como la luz del casco se alejaba lentamente, hasta casi desaparecer en la oscuridad del pozo. Le siguió la intrépida Sonia, tengo que decir que nos sacaba ventaja técnica, puesto que utilizaba sus años de experiencia en la competición de TPV en el campeonato de España. Siguió el turno de un servidor, enfundé la cuerda en el croll y el basic, tensé cuerda metí espuela con el pantin y empecé a cabalgar sobre la cuerda. Era cuestión de ir marcando un ritmo para no cansarse demasiado. Moncho por el contrario subía de último a su ritmo, no quería que su rodilla se inflamase y le diera problemas, así que……lento pero seguro.

 En el primer pozo largo me había quemado las fuerzas, decidí esperar por Moncho. Para que el grupo no enfriase decidimos que los demás continuasen, así que formamos 2 grupos. Después de 2 horas de continuo ascenso y sucesión de cascadas, decidimos hacer un alto en el camino, descansamos y montamos un punto caliente, un poco de pasta, atún, queso, sopa caliente. Nos cambiamos de guantes (el que los tenía) ya que estaban empapados y al parar nos cogía el frío.
 Continuamos el ascenso por donde habíamos bajado, la visión de la cueva era diferente desde el punto de vista de la subida que cuando bajábamos. Así hasta llegar a la base del gran pozo, por encima otras 3 horas creíamos. Aquí cambiamos los turnos, ahora era Moncho el que marcaba el ritmo, empezó con energía arrastrando con él dos petates.
 La gran pared del pozo nos permitía sacar alguna foto a corta distancia, puesto que luego la humedad nos jugaba malas pasadas. Igualmente dejamos espacio hasta que nos dio la orden de subir. Uno tras otro y cerrando el grupo otra vez yo, la verdad que estaba un poco picado de ir cerrando siempre, pero asumí que esta vez tenía que ser así.
 Con la ilusión de que quedaba cada vez menos para ver la luz del día empecé a progresar hacia arriba, de vez en cuando hacía paradas y pensaba la cantidad de metros de caída que había debajo de mí. Las fuerzas en este punto flaqueaban, decidí esperar en una de las reuniones, tomarme un gel de glucosa y algún fruto seco que llevaba en el bolsillo, al mismo tiempo aproveché para cambiar la batería del frontal.

 Por fin arriba, nos reunimos, bebimos y comentamos que tal estábamos cada uno, lo peor había pasado. Pronto llegamos de nuevo a la Gatera Puta, no sé, pero me dio la sensación de pasar más suavemente y rápido, seguramente por las ganas de salir, ya quedaba menos.

 Faltaban unos metros hasta la base del pozo de entrada cuando oímos voces de gente, pensamos en un principio que serían espeleólogos que iban a bajar, pero luego se nos fue de la cabeza puesto que con permiso solo éramos nosotros. Empezamos a subir y fuera un grupo de unas 20 personas aplaudían cada vez que uno de nosotros salía de cavidad. No lo podíamos creer los que quedábamos abajo, ¿sería por lo del Fin del Mundo?, ¿Habría pasado algo?, escuchamos…………”anda mira, mira, también hay una mujer, bien”.

 En la vida pensamos que nos aplaudirían por realizar una actividad que nos gusta. Una vez fuera la luz solar junto con el calor fue secando nuestras prendas, después de todo nos dimos de cuenta que habíamos salido 2 horas antes de lo previsto, teníamos tiempo suficiente para cambiarnos con luz natural y disfrutar de los parajes naturales. Desde una de las colinas de paso, se veía a la perfección, Sierra nevada con sus cumbres con nieve y hacia el otro lado la costa de África. Llegamos al coche, nos cambiamos, colocamos todo el material y lo seleccionamos.

 Decidimos pasar en la bajada por casa de Manuel Guerrero, el coordinador, para devolver los permisos y todo el material sacado de la sima.
 Una vez llegados al hostal, nos aseamos y quedamos a comer una buena cena de plato, nos lo habíamos merecido. Durante la misma nos acordamos de todas las personas, familiares, amigos, clubs, asociaciones que han hecho posible este viaje a las tierras del sur de España y haber podido entrar en uno de los gigantes de sur………SIMA GESM.

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